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Segundo paciente con HIV que habría logrado una cura natural de la infección

Se trata de una paciente argentina cuyo sistema inmunológico habría eliminado por sí solo el virus

Menos del 1% de las personas que viven con el HIV (human immunodeficiency virus) pueden controlar la replicación viral por debajo de los límites de detección de los ensayos sin terapia antirretroviral.

El informe de un caso de probable “cura esterilizante” de una infección por HIV-1, se acaba de publicar en Annals of Internal Medicine. Hasta ahora, solo se había reportado un caso similar, publicado en 2020 en Nature.

Algunos pacientes reciben el nombre de “controladores de elite” o “supresores de elite” y representan un modelo de cura para el HIV. Los controladores de elite siguen siendo personas infectadas de HIV porque mantienen una infección latente, mediada por la integración de algunas copias del genoma del virus en las células. Como en el resto de infectados, estas copias, también llamadas provirus, actúan como reservorios del virus, que puede entrar en fase activa de nuevo, por lo que la característica de controlador de élite no es permanente.

La terapia antirretroviral puede evitar que se produzcan nuevos virus, pero no puede eliminar el reservorio, por lo que es necesario un tratamiento diario para suprimir el virus. Los controladores de elite, tienen un sistema inmunológico que puede suprimir el HIV sin necesidad de medicación, aunque todavía tienen reservorios virales que pueden producir más virus del HIV.

En 2020, los investigadores buscaron el virus en 64 pacientes controladores de elite durante varios años. Lograron identificar copias del virus en todos los participantes excepto en una mujer, que se conoce como la “paciente de San Francisco”. El equipo no pudo detectar genomas intactos de HIV-1 en más de 1.500 millones de sus células mononucleares.

En esta nueva investigación, una mujer argentina, ahora conocida como la “paciente de Esperanza”, por la ciudad de origen, parece haber logrado una cura esterilizante de la infección por HIV-1. La paciente fue diagnosticada con HIV en 2013. No recibió tratamiento contra el HIV en los ocho años desde su diagnóstico, salvo durante su embarazo en 2020. No se pudo detectar la secuencia proviral ni obtener ninguna evidencia de la presencia del virus en su organismo a través del análisis de 1.200 millones de sus células sanguíneas recolectadas desde 2017 y 503 millones de sus células placentarias recolectadas en 2020.

Los resultados pueden sugerir una actividad específica de linfocitos T citotóxicos común a ambos pacientes que impulsa esta respuesta. Otros pacientes podrían haber desarrollado este tipo de respuestas, sin ser detectados en ningún momento.

Los casos detectados hasta el momento podrían hacer posible el desarrollo de tratamientos que refuercen una respuesta inmune similar a la que han desarrollado estas pacientes. Algunas líneas de investigación pretenden inducir este tipo de inmunidad a través de la vacunación, de manera de controlar el virus sin terapia antirretroviral.