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San Miguel Global lidera el Hemisferio Sur en producción de cítricos y derivados

Actualmente representa casi el 11% del mercado del limón de contraestación a nivel mundial y procesa el 14% de la molienda global de limón

La compañía ha ampliado la industrialización de su producción y sumado nuevas variedades de frutas. Estratégicamente ubicada en Argentina, Uruguay, Sudáfrica y Perú, exporta a más de 60 países. Fernando de Achával, Director Global de Operaciones, responde sobre la historia de la empresa y su posicionamiento en el mercado global de frutas y derivados

San Miguel Global tuvo sus inicios en Tucumán, hace más de un siglo, y tiene más de 60 años de vida como empresa. ¿Cómo la definiría en la actualidad?

Nacida en Tucumán, hace más de 65 años, la compañía ha ido creciendo desde entonces en diversidad de geografías y orígenes. Apalancada en su liderazgo y expertise en limón, San Miguel ha ido ampliando su negocio, primero incorporando el negocio industrial y luego sumando nuevas variedades de frutas, al punto tal de alcanzar un equilibrio diferente en su portfolio, donde el limón representa el 35% y el cítrico dulce un 43%.

Creamos valor desde la naturaleza en 4 países estratégicamente ubicados: Argentina, Uruguay, Sudáfrica y Perú. Desde allí, exportamos nuestra producción a más de 60 países en el mundo, cumpliendo altos estándares de calidad y sustentabilidad.

Hoy estamos muy orgullosos de ser la compañía líder del Hemisferio Sur en producción y distribución de cítricos frescos e ingredientes naturales derivados de los cítricos. San Miguel representa casi el 11% del market-share de limón en contraestación a nivel mundial y procesa el 14% de la molienda global de limón.

¿Qué producen y exportan en los países donde tiene presencia? ¿Cómo ha sido la elección de los mismos?

San Miguel inició su camino de internacionalización en el año 2003, con la incorporación de Uruguay como origen de producción. Tener operaciones en diversos países le permite mitigar los principales riesgos asociados a la actividad citrícola, que abarcan desde factores climáticos y fitosanitarios hasta macroeconómicos. De este modo, la compañía busca asegurar el cumplimiento de los programas acordados con nuestros clientes, mejorar su acceso a distintos mercados y potenciar la oferta.

Tener operaciones en diversos países permite mitigar los principales riesgos asociados a la actividad citrícola, que abarcan desde factores climáticos y fitosanitarios hasta macroeconómicos. De este modo, la compañía busca asegurar el cumplimiento de los programas acordados con nuestros clientes, mejorar su acceso a distintos mercados y potenciar la oferta.

Fernando de Achával, Director Global de Operaciones

Se trata de países con condiciones climáticas favorables para la actividad, experiencia y liderazgo en el mercado global. Sudáfrica, líder en naranjas, nos permitió acceder a mercados como Mediano y Lejano Oriente. Perú es uno de los principales productores de mandarinas del hemisferio sur, que viene creciendo principalmente en variedades Tango y W. Murcott, altamente valoradas en mercados sofisticados por tratarse de especialidades sin semilla, fáciles de pelar y de muy buen color. Además, nos posibilitó una vía directa por el Pacífico y llegar a Estados Unidos con un corto transit-time.

En el negocio de fruta fresca la empresa ofrece limón, naranja, mandarina, pomelo, uva de mesa y palta. Estos dos últimos cultivos son las únicas frutas frescas no cítricas que la compañía incorporó a partir de la adquisición de la operación peruana. Por otro lado, la compañía desarrolla el negocio industrial en Argentina, Uruguay y Sudáfrica, donde tiene plantas propias y en modalidades de joint venture para elaborar ingredientes naturales como jugo, pulpa, aceite esencial y cáscara a partir de la molienda de limón y, en menor medida, de naranja y mandarina.

En general, la compañía exporta la mayoría de su producción a Europa (47%), América del Norte (29%) y Asia (17%). Los principales productos exportados desde Argentina son frutas frescas (limón, naranja) e ingredientes naturales derivados de los cítricos, como aceites, pulpa, cáscara y jugos turbio y claro.

Las plagas traban las exportaciones y originan pérdidas considerables. ¿Cómo manejan esta problemática, en especial por tratarse de cultivos permanentes?

Los equipos comerciales, de aseguramiento de la calidad y de investigación y desarrollo, trabajan de forma articulada para fortalecer la operación agrícola y enfocarla en dar respuestas innovadoras y sustentables a los mercados en constante evolución. En el campo de la Fitopatología y Biotecnología, trabajamos en el control de plagas y enfermedades, prevención del Huanglongbing (HLB), estudios para disminuir la cantidad de aplicaciones o residuos en el producto y en las actividades de postcosecha.

En este marco, profundizamos el conocimiento de las principales enfermedades y diseñamos  programas integrados para mitigar y controlar la gestión de plagas en cada paso del proceso productivo. De esta forma, las acciones abarcan cuestiones como monitoreos propios y tercerizados en campo, mejoras en procesos de poda, inversiones en equipamiento de selección, intensificación de puntos de control en packings y cajas terminadas, etc.

Nuestro sistema de mejora continua SAVIA, y de gestión del conocimiento INTEGRA, nos permiten estandarizar procesos, encontrar mejoras y buscar eficiencia en nuestras operaciones, al mismo tiempo que consolidamos un conjunto de herramientas y procesos que utilizamos para gestionar y capitalizar todo el expertise técnico orientado a mejorar la productividad y reducir la volatilidad del negocio.

¿Cómo impactan en el negocio las exigencias crecientes de trazabilidad de los mercados internacionales?

Como productores de alimentos, tenemos una gran responsabilidad. A través de nuestro Sistema de Gestión de Calidad, que abarca las actividades productivas desde el vivero hasta los productos terminados, buscamos garantizar la inocuidad de los productos y la calidad de los procesos productivos. Cada producto cuenta con trazabilidad a los lotes de materia prima que le dieron origen, como también los insumos y procesos productivos que fueron involucrados en la elaboración de ese producto terminado. De esta forma, garantizamos la seguridad alimentaria, la calidad y la inocuidad de todos nuestros productos.

La aparición de un consumidor cada vez más consciente y preocupado por el impacto de los productos que adquiere, impulsa las exigencias de los clientes aguas abajo de su cadena de valor de manera tal de poder rendir cuentas sobre la forma en que elaboran sus productos.

En este marco, el cumplimiento de estándares de inocuidad, pero también sociales y ambientales, se han vuelto críticos y se constituyen casi como una barrera de entrada para acceder a determinados mercados y clientes. Contar con sellos de calidad que validen el cumplimiento de los más altos estándares sociales y ambientales se vuelven críticos. En este sentido, San Miguel cuenta en todas sus operaciones con certificaciones como Global GAP, GRASP, HACCP, BRC y SMETA, al mismo tiempo que impulsa la adopción de estas prácticas con productores estratégicos asociados con los cuales trabaja.

¿Tienen su propia genética?

La compañía cuenta con viveros propios en Argentina y Uruguay, en donde produce 85.000 y 220.000 plantas por año. Una de las variedades de limón es propia de San Miguel. Denominada “Sami Late” por tener un período de cosecha tardío que va de junio a agosto, su árbol es vigoroso y con pocas espinas, lo cual hace la recolección más sencilla que en la mayoría de las demás variedades. El fruto tiene una cáscara de grosor medio y su piel es lisa. Cada limón puede contener 2 o 3 semillas. Tienen buen contenido de jugo y el tiempo de conservación es mayor que en otras variedades, una característica que hace que sea muy apreciado en los mercados de todo el mundo.

¿Qué acciones de la empresa destacaría en lo relativo a sustentabilidad, en especial en Argentina?

La sustentabilidad atraviesa toda la gestión de San Miguel y procuramos generar un impacto positivo en lo social, ambiental y económico con nuestro trabajo diario. Alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, tenemos distintas iniciativas que apuntan al hambre cero, promover la educación de calidad, la conservación de ecosistemas terrestres y la incorporación de energías renovables.

En materia ambiental los principales ejes son el uso eficiente del agua, la energía, la gestión responsable de los residuos y la puesta en valor de la biodiversidad. Un ejemplo es el programa de Acción por el Clima que integra el uso de más de 60% de energía proveniente de fuentes limpias, la conservación de más de 8.000 ha de bosques nativos y la medición de la huella de carbono.

Por otro lado, el COVID-19 puso de manifiesto el rol central de la salud como plataforma para acceder a otros derechos. Por eso, desde San Miguel trabajamos para fortalecer la respuesta local a la emergencia y contribuir al acceso alimentario de los sectores más vulnerables. Solo a modo de ejemplo, en Argentina lanzamos el programa “Crear salud en tiempos de pandemia” en alianza con las autoridades sanitarias y la Fundación Boreal, enfocado en la detección de casos de riesgo y la prevención de COVID-19 y dengue con visitas médicas a domicilio y consultorios móviles.

Otro de nuestros objetivos es ayudar a mejorar las comunidades en las que operamos, por eso venimos trabajando en un programa de acceso al agua potable, en el cual generamos iniciativas de conexión de agua corriente e intradomiciliaria a vecinos de las localidades linderas a nuestras operaciones de Argentina, y facilitamos el aprovisionamiento constante de agua para vecinos y colaboradores en Sudáfrica.

También trabajamos en el programa “Germinar” en Argentina, orientado a promover el desarrollo de las mujeres rurales, acompañándolas en la creación de sus propios emprendimientos a partir de sus intereses y habilidades. Así, no solo generan un ingreso adicional, sino que motorizan el crecimiento de sus familias.

¿Cómo manejan los subproductos? ¿Hay estrategias actuales o futuras de economía circular?

Definitivamente es un tema muy relevante para mejorar el triple impacto de nuestro negocio. Estamos analizando varias oportunidades en este sentido y ya hemos avanzado con algunas iniciativas como la instalación de una caldera para reutilizar el biogás que se genera en nuestro proceso de efluentes. El objetivo es destinarlo a mejorar la eficiencia de este mismo proceso de tratamiento de efluentes que le da origen a ese biogás. De esta forma, evitamos consumir gas natural para este propósito ambiental, promoviendo la economía circular.

¿Alcanzaron algún hito en 2020 en Argentina, pese a la pandemia? ¿Qué necesitan de la interacción público-privada en el país para impulsar el crecimiento y las exportaciones?

La expansión del COVID-19 coincidió con el inicio de la zafra. Diseñar los protocolos correspondientes y adaptar la operación en tiempo récord fue, sin duda, un desafío enorme que tuvo fruto. Logramos operar todos los días sin perder ningún día de producción, cuidando la salud y seguridad de nuestros colaboradores.

A nivel comercial, podemos destacar que potenciamos nuestra presencia en las góndolas de grandes retailers, incorporando productos con marca San Miguel, como limones y naranjas que fueron comercializados junto a JD.com (la tienda de retail online más grande de China) y mandarinas marca Clemy, que se ofrecieron en supermercados de primer nivel en México.

Después de casi veinte años de negociaciones entre Argentina y China, en agosto enviamos al gigante asiático los cargamentos inaugurales argentinos de limón y naranja. Duplicamos los envíos de limón argentino a Estados Unidos y logramos récord de ventas de jugo de limón en Argentina, creciendo en un 43% el volumen vendido.


En cuanto a la necesidad de políticas públicas, un tema que sigue siendo clave es la apertura de nuevos mercados y diversificación de destinos. Estamos trabajando como sector, junto con el Gobierno Nacional, para generar una política fitosanitaria definitiva y de largo plazo que ofrezca un marco de seguridad frente a la proliferación de enfermedades que puedan afectar la producción citrícola. El desarrollo de obras de infraestructura en el NOA es vital para la reducción de costos logísticos, y la disminución de costos laborales no salariales son claves para la mejora de la competitividad.