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Bovinos sin cuernos a través de la edición génica

Un toro sin cuernos editado genéticamente pasó la característica a su descendencia.

Los investigadores de la Universidad de California, Davis, trataron de encontrar una forma de evitar el descornado. Para ello utilizaron la edición génica.

En el 2013, los científicos de Recombinetics, una pequeña startup en Minnesota, usaron una herramienta de edición de genes denominada TALEN, para introducir la secuencia genética de los toros Angus que determina que no presenten cuernos, en células bovinas de razas con cuernos y las clonaron. Dos toros nacieron un año después usando esas células, sin problemas aparentes de salud.

Este mes, un equipo de la Universidad de California, Davis, que se hizo cargo del proyecto, informó que uno de los toros editados genéticamente había engendrado seis terneros sanos.

Todos heredaron la característica genética de su padre: todos nacieron sin cuernos. Los resultados fueron publicados en Nature Biotechnology

Una práctica común para evitar daños accidentales a los manipuladores humanos y otros bovinos, es la extirpación quirúrgica de las células productoras de cuernos antes de que los cuernos se adhieran permanentemente a su cráneo. Cuando se trata de vacas lecheras, los cuernos son una molestia y se tiende a quitar los cuernos de sus vacas para que los animales no se lastimen entre sí y sean menos agresivos.

El proceso de descornado es desagradable y tiene implicancias en el bienestar animal. La edición del genoma ofrece una alternativa genética sin dolor a la eliminación de cuernos mediante la introducción de una variante genética o alelo natural que está presente en algunas razas de ganado vacuno como Angus.

El desarrollo de la tecnología CRISPR, posterior a TALEN, puede facilitar el proceso de aprobación por las autoridades sanitarias, dado que no se trata de introducir genes de otras especies, como los Organismos Genéticamente Modificados (OGM). USDA (United States Department of Agriculture) distingue entre cultivos o animales editados con genes extraños versus “terapia génica”, es decir, tener sus propios genes manipulados. Si bien los OGM requieren cientos de millones de dólares y décadas para aprobarse, los cultivos y, probablemente los animales, editados mediante CRISPR pueden estar sujetos a un proceso de aprobación mucho más rápido porque no tienen ADN extraño.